La Habana, 21 may (PL) Haití y su
cultura son como una fiebre que ha contagiado a varias generaciones de artistas
cubanos, en especial a los escritores seducidos por la magia del reino de este
mundo.
Escrito por Charly Morales Valido | |
Ver imágenes en FotosPL Desde que Alejo Carpentier publicara en 1949 la noveleta sobre Ti Noel y el licántropo Makandal, múltiples autores han sucumbido a la cultura que inspiró esa obra imprescindible para conocer el Caribe. Entre ellos destacó el Enrique Serpa, cuyo cuaderno La mirada nómada permanece increíblemente inédito pese a constituir un testimonio que expresa la mezcla de fascinación y repulsa que suele provocar Haití. Con una variedad estilística que discurre del diario intimista a la crónica de revista o la bitácora de viajes, Serpa describe al espacio haitiano como una realidad femenina a penetrar. Gilberto Padilla, especialista en la obra de Serpa, asegura que el autor de Contrabando quedó fascinado por el mundo metafísico que le abrieron sus amigos haitianos, con fenómenos como el vudú. Quizás sea que el Caribe desorbita los sentidos, y para encontrar un rumbo es preciso el sextante elegido como símbolo del coloquio sobre diversidad cultura que sesiona en la Casa de las Américas. A pocos pasos del mar que baña y nombra la región, este evento dedicado al poeta martiniqueño Edouard Glissant (1928-2012) atrajo a expertos de Aruba, Haití, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Colombia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Francia, entre otros. El evento sirvió, además, para celebrar en Cuba el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, adoptado en diciembre de 2002 por la Asamblea General de Naciones Unidas. http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=1434651&Itemid=1 |
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