Mitología es una gran palabra. Y aquí estoy frente a mi ordenador y un diccionario que me prestó mi padre. Lo del diccionario es para aclarar lo de la palabra mitología.
Dice: “ mitología...bla, bla...viene del griego...bla, bla...mythología. De mythos, fábula y lógos, tratado. Conjunto de mitos y leyendas relativos a dioses y héroes fabulosos de un pueblo y ciencia que los estudia.”
Pues, sí. Puede ser. La mitología puede ser de contenido religioso, los ciclos heroicos, leyendas entorno a un dios, narraciones noveladas que pueden tener un fundamento histórico y las llamadas leyendas etiológicas que intentan explicar las causas de fenómenos extraordinarios.
Como extraordinario es que sea sábado por la noche, yo sea una mujer medianamente atractiva y esté en casa sin salir. Bueno, lo extraordinario sería que saliera. Pero esa es otra historia. Para mi terapeuta. Que dios lo bendiga.
Todo eso de la mitología, muy interesante. Pero a veces suena a aburrido. Y a rollo. Y a veces nos topamos con ella a cada instante. Sin que tengamos certeza de que hay mitos a nuestro alrededor. Tropecientos.
Yo creo que la mitología a veces es subjetiva. Es decir, cada uno tiene sus propios mitos.
Charles Aznavour es para mí un mito. Porque no es sólo un cantante. Es un dios.
Elvis fue un mito, y para muchos aún lo sigue siendo. Incluso hay gente que piensa que sigue vivo. O que no murió, sólo volvió a su planeta.
Creer que un hombre te será siempre fiel es otro mito. Como pensar que una crema va a quitarte la celulitis. Como pensar que un político puede ser siempre honrado. O que va a llegar la paz mundial.
Hay personas que tratan a la mitología como algo real. Es decir, consideran que es intolerable pensar que lo de Adán y Eva es también un mito. Darwing era un chalado que se entretenía con monos. Hay que creer a pies juntillas lo de que “Dios hizo al mundo en siete días”. Y si no, a la hoguera.
A esas personas que confunden realidad con mito se les puede llamar fundamentalistas, piraos, majaderos...o simplemente que tienen otra perspectiva que quizás les hace más felices. Por qué no.
También hay gente que asegura que historias comprobadas son irreales, son mitología. Podéis creer que hay energúmenos que creen que el hombre nunca estuvo en la luna. Yo suelo estar en la luna varias veces al día. Y lo considero normal.
La mitología ha existido siempre. Entre los pueblos. Hay diferentes historias repartidas por toda la humanidad, por todas las geografías.
¿Y en la televisión? Todos esos anuncios que nos prometen la piel de una jovencita de 15 años con una crema que cuesta un huevo, claro.
Y esas manchas de toda clase de porquerías puesta a posta sobre una maldita camisa blanca, que un poquito de detergente hace desaparecer de repente.
O ese coche maravilloso que lleva la modelo incorporada y que corre por el fondo del mar.
Mi padre me enseñó la mitología. Cuando era pequeña escuchaba sus historias sobre los dioses del Olimpo. Y el primer libro que leí con 5 años fue La Ilíada. Y claro, La Odisea.
A Caperucita Roja la conocí mucho después. Cuando ya era demasiado tarde, quizás. Pero bueno.
Posteriormente, cuando me dediqué a conocer más, profundizar y disfrutar con los griegos, que no con “un griego” (cosas diferentes), mi padre me dijo que sólo eran tonterías. A buena hora. Ya el daño estaba hecho. Y era irreversible. Me había convertido en una mitóloga-adicta. Bueno, casi.
Así que decidí investigar por mi cuenta y escribir un grupo de cuentos que resumieran lo que me habían enseñado. De esta manera la mitología llamó a mi puerta de nuevo. Se me concedió un pase especial para introducirme en el Olimpo. Incluso vais a ver que a veces el Olimpo vendrá a mi humilde casa. Que lo encontré debajo de mi cama, lleno de polvo. En una de esas limpiezas de primavera que yo hago a mediados de febrero.
Sea como sea, necesitamos la mitología. Para vivir. Da color a la vida. Y nos hace cambiar de aires. Y son chorradas muy divertidas. Sobre todo para un sábado noche.
Para pedidos http://www.hergue@huergue.com
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Para nuestros amigos hispanoparlantes, le presentamos esta escritora y sobretodo esta obra : EL OLIMPO BAJO MI CAMA que es définitivamente una manera simpática de acercarse a una disciplina que muy a menudo se considera como un campo para privilegiados e intelectuales. Por haber encontrado el “OLIMPO” bajo su cama Sara nos dice que si podemos entender y comprender estos mitos que acompañan nuestro diario vivir.
Sara Villegas cree que hoy en día se puede educar usando el famoso: “Castigat ridendo mores”. Cuando se entiende un poco lo que es la esencia de la vida uno lo puede coger suave. Y porque no leer cosas de la mitología y de los mitos riéndose?
Una invitación a un rato mas que agradable es la lectura de Encontré el Olimpo bajo mi cama de Sara Villegas.
Sara Villegas cree que hoy en día se puede educar usando el famoso: “Castigat ridendo mores”. Cuando se entiende un poco lo que es la esencia de la vida uno lo puede coger suave. Y porque no leer cosas de la mitología y de los mitos riéndose?
Una invitación a un rato mas que agradable es la lectura de Encontré el Olimpo bajo mi cama de Sara Villegas.