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vendredi 16 novembre 2007

Zoune, Boyotte et Pitite-Caille : la misma audiencia cien años mas tarde

Par Lyonel Trouillot
lyoneltrouillot@lematinhaiti.com
El ha ganado la batalla del publico, pues he aquí un escritor quien sabia que la literatura no esta concebida para aburrir. La lectura en un curso de un fragmento de Zoune o de Pitite Caille es uno de los más preciosos regalos que un profesor de literatura pueda ofrecer a sus alumnos. Existen autores que la enseñanza se empeña a imponer y que uno se apresura en olvidar (la inteligencia recomienda que se olvide muy rápidamente cierto numero de ellos) una vez que se ha devuelto la copia a las pruebas oficiales de fin de ciclo. Y hay quienes permanecen, no porque se ha soportado la influencia de un profesor quien le ha impuesto su gusto, no porque se trate de una moda o la tradición de tomar este autor seriamente, pero porque, solo consigo mismo, solo con el texto, se ha experimentado el placer del texto. Dentro del grupo de los lectores de todas edades, Lhérisson le gana aun a todos los demás autores en términos de popularidad.

El ha ganado tambien el palma de la influencia en las obras de los autores quienes han abordado el relato depuse de èl. La audiencia (l’audience o lodyans) según la terminología de Georges Anglade, ha adquirido estatuto de género, hasta estructura dominante en el arte haitiano del relato según algunos críticos. Aun cuando uno no se reclama de la audiencia, hay algo de Lhérisson escondido (cada uno tiene su manera de hacerlo) en la obra de Ollivier, de Victor, Sixto o Paul Cauvin…
EL ha ganado la batalla de la forma del humor, de la forma y de la presencia del social en la narrativa no como un excedente, una sentencia o un sermón, pero plenamente integrado en el texto. El ha ganado también la batalla de la dignidad, como autor de esta Dessalinienne cuyo texto, sin ser una obra maestra (pero cual himno nacionales un lindo poema?) sirve aun para hacernos creer en un país posible, un real transformable para la felicidad de todos.
Pero pienso tambien a las batallas que ha perdido. La batalla contra la enfermedad. Se murió a los 34 años, se puede creer que fue victima de la gran fatalidad de la época: la tuberculosis. La batalla de la enseñanza. El modesto profesor que ha sido existe aun hay en día y vive mal. Antes los profesores eran pobres y respectables; hay en día son pobres y no respectados.
Los personajes que el ha sacado de lo real haitiano para transponerles en la ficción existen aun, de manera degradada: zoune, boyotte, Pitite Caille, Goldinberg… El gran ausente, el unico ausente siendo el general Borote. Pero las prácticas de ayer: los prejuicios, la avaricia, la demagogia, el individualismo loco se perpetuan hoy. Encontramos cada dia en la vida real personaje de Lhérisson, poderoso como la desdicha, infatigable como la idiotez. . Los informes sociales cambiaron, pero así poco que el real inmediato que Lhérisson describía y se burlaba en sus libros parece haberse instalado como una triste eternidad. Los que dicen que se lo ha descuidado y que merecía un mejor tratamiento en este centenario de su muerte no tiene culpa. Pero puede ser duro ir en el fondo de sí mismo y decirse que somos las caricaturas de personajes literarios viejos de más de un siglo.
Descansa en paz, querido maestro. Debería, con el tiempo, transformarse en referencia, en científico descriptor de un pasado que ya no existe. Se lo habría leído al pasado, con la misma felicidad, pero sin la angustia detrás de la risa. Tú sigues muy a pesar tuyo un escritor del presente.
Perdonan: tu arte y tu gloria te pertenecen a ti, pero tu actualidad se debe por mitad a tu talento, la otra mitad a causa de nuestra idiotez.
http://www.lematinhaiti.com/PageArticle.asp?ArticleID=9608

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